de sus ojos y la nostalgia
empañando su corazón sereno
nada sé de su mirada inocente
reclamando al frío invierno
ya nada es el sentir profundo
del paso de un adolescente
todo el amor es un segundo puro
que respiro hasta las venas
oficio del pensamiento errante
salario del trabajo no remunerado
yo me pregunto al mirarlo
qué dados apostó a la vida
para haberlo arrojado aquí
con su cara cubierta de barba
igual que los anillos de la madera
yo me pregunto al mirarlo
qué lo habrá atado aquella plaza