jueves, 15 de marzo de 2012

soneto XLV

No estés lejos de mí un solo día, porque cómo,
porque, no sé decirlo, es largo el día,
y te estaré esperando como en las estaciones
cuando en alguna parte se durmieron los trenes.
No te vayas por una hora porque entonces
en esa hora se juntan las gotas del desvelo
y tal vez todo el humo que anda buscando casa
venga a matar aún mi corazón perdido.
Ay que no se quebrante tu silueta en la arena,
ay que no vuelen tus párpados en la ausencia:
no te vayas por un minuto, bienamada,
porque en ese minuto te habrás ido tan lejos
que yo cruzaré toda la tierra preguntando
si volverás o si me dejarás muriendo.

Neruda

domingo, 11 de marzo de 2012

Naufragar

Suenan las campanas en el puerto
zarpan los veleros hacia el mar
los espera un rumbo que es incierto
viento calma sol o tempestad

Suenan las campanas en el puerto
rondan las gaviotas sin parar
van siguiendo barcos que se alejan
que se alejan y no vuelven más

Yo también me alejo de esas tierras
yo también aprendo a naufragar
yo tampoco sé lo que me espera
yo tampoco tengo adonde llegar