no le hables al corazón, duele
lágrimas caen por la mejilla
no se lo que hago ni que daría
la noche fría se acerca y duele
La soledad mi fiel compañera
con manteles floridos y nieve
adorné mi cien con quimeras
con la luz prendida de mi cuarto
mis pestañas quemadas se duermen
al vuelo del angel el humo que sale
desde mi ventana no era como veía
los cantos que susurran en mi puerta
y la agonía que queda en mi mente
ya no hablo de nada, solo duele
una herida que sangra, solo muerte
en mi alma ya no habrán más lámparas
y mi voz se apagará lentamente
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