Sin pie ni cabeza, como la soledad bañada de los atardeceres en tu boca, te miro desde lejos entre el mar y las lágrimas que brotan de las flores de primavera. Desde el fondo de la tierra, entre la noche y las estrellas, tu voz de madera vieja y seca reclama sollozante ser recordada y abrazada . A veces te miro y es la pregunta sin contener cuando se lo que piensan tus ojos antes de volver a morir. Solo y contigo alma mía, deja paso a los sueños y echa a andar las cuerdas del tiempo rasgueadas por sentimientos que se desvanecen en el latir de cada segundo. Entonces suena el corazón de la vida y se enciende la ilusión entre lagrimas de consuelo.. yo lo se bien, quizás es la pregunta a esta eterna soledad.
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